Por: Sandra Giner (IZET-UCV) y Alexis Araujo Quintero (INBIO-UNELLEZ)

Tomado del Portal de Desarrollo Sustentable /Fundación Tierra Viva

El playerito dorado (Calidris subruficollis) es un ave playera migratoria, actualmente considerada Casi Amenazada por la UICN e incluida en los apéndices I y II de la Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (CMS). Las poblaciones de esta especie disminuyeron drásticamente a finales del siglo 19, debido a su cosecha comercial, y ha continuado disminuyendo por diferentes factores, entre ellos la pérdida de hábitat. Esta especie se reproduce en la costa Ártica, donde permanece por un corto tiempo, durante la reproducción entre finales de mayo y comienzos de julio. Posteriormente, desde mediados de junio y comienzos de julio comienzan a migrar hacia el sur los machos y aquellas hembras que no se reprodujeron o fallaron en su reproducción. A finales de julio hasta comienzos de septiembre, parten las hembras cuya reproducción fue exitosa y sus crías, primero los adultos y después los juveniles. La principal ruta que utilizan en su migración hacia el sur hasta los sitios de invernada, o no reproductivos, es la Mid-continental, llegando a los pastizales en Uruguay, Argentina y sur de Brasil donde permanecerán mientras dure el invierno boreal. Esta misma ruta o corredor es utilizada por la especie durante su migración hacia el norte, hacia los sitios de reproducción.

Foto Alexis Araujo-Quintero

Estos desplazamientos tan extensos requieren un gasto energético muy alto, por lo que los individuos del playerito dorado se detienen, a lo largo del corredor de migración, en varios sitios tanto en su desplazamiento hacia el sur, en otoño boreal, como hacia el norte, en la primavera boreal.

La energía que utilizan la almacenan en forma de grasa subcutánea, por ello, para alcanzar su destino final deben detenerse y permanecer alimentándose el tiempo necesario en estos sitios de parada, donde se reabastecen de combustible y así continuar el viaje. Indudablemente, la supervivencia de los individuos de esta especie en este ciclo anual depende de la existencia continua y de la calidad de los hábitats en estos sitios de parada.

Los corredores utilizados por el playerito dorado incluyen a Venezuela, tanto en la migración de otoño, como en la migración de primavera. Así, podemos observar, durante su migración hacia el sur, individuos dispersos en la costa del país. Pero es durante la migración de primavera, cuando los individuos de esta especie, desplazándose hacia el norte y utilizando los grandes ríos como corredores, que se detienen en Venezuela en las sabanas a lo largo de los ríos en el estado Amazonas (Atabapo y Orinoco), especialmente en los llanos bajos del estado Apure, donde cientos de individuos se pueden observar en estas sabanas llaneras.

Foto Alexis Araujo-Quintero

El Proyecto de Conservación de Aves Playeras en Venezuela, desde la UCV y la UNELLEZ, con el apoyo de FUDENA, participa en un proyecto de la Oficina Ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras y Manomet, para identificar y caracterizar los sitios de parada con la finalidad de conocer los hábitats críticos para las poblaciones del playerito dorado en los Llanos venezolanos. Los Llanos de Apure reciben poblaciones del playerito dorado con abundancias de más de 200 individuos en el período de migración pre-reproductiva, siendo avistados al final de la sequía en hábitats de sabanas abiertas, donde la vegetación dominante son gramíneas con muy bajo porte, en algunos sitios combinadas con suelo desnudo seco y removido en senderos donde circula el ganado. En estos hábitats se alimenta de invertebrados presentes en el suelo y la vegetación, recuperando energía para continuar su viaje hasta los sitios de reproducción. La conservación de esta especie depende de la calidad de los sitios utilizados durante su migración, así, el establecimiento de alianzas con los ganaderos, hatos con interés en el ecoturismo, instituciones gubernamentales ambientales tanto regionales y nacionales, así como con las comunidades locales, permitirá el desarrollo de estrategias dirigidas a la conservación de los sitios de parada utilizados por esta especie en Venezuela, durante su migración hacia los sitios de reproducción, garantizando la supervivencia de los individuos y la conservación de la especie.